Para almacenar tu leche materna extraída es importante que cuentes con envases esterilizados para poder guardarla (botellas o bolsas) que te permitan conservar las propiedades de la leche. Recuerda que el tiempo de almacenaje de la leche depende de la temperatura del ambiente, del refrigerador o congelador, te invitamos a ver nuestra infografía.
La leche materna almacenada tiende a separarse en capas; la grasa (nata) queda en la parte superior. Mueve suavemente la botella para mezclar las capas antes de alimentar a tu bebé. Si agitas con una fuerza excesiva, puedes dañar algunos de los componentes nutritivos y protectores de la leche.
Cuando alimentas con leche materna extraída a tu bebé utilizando un vaso o mamadera, las bacterias de su boca pueden acabar en la leche de forma natural. Por este motivo, es mejor desechar cualquier resto de leche que pueda quedar una vez transcurridas la toma inicial. Para evitar la pérdida de la leche extraída, siempre es una buena idea almacenarla en pequeñas cantidades y utilizar solo la que necesites